Eficacia vs eficiencia: diferencia entre marketing estratégico y marketing de gestión - Zesto
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Eficacia vs eficiencia: diferencia entre marketing estratégico y marketing de gestión

Comencemos con una pregunta directa: ¿Cuáles son tus objetivos personales y profesionales?

Contesta.

Rápido.

Si has respondido a la pregunta casi inmediatamente, te felicito. Si fueras una empresa, sólo con ello ya habrías recorrido el 50% del camino para ser eficaz.

La eficacia es la cualidad de reconocer qué es lo más importante para alcanzar las metas propuestas.

La eficiencia, por el contrario, es la capacidad de desempeñar una determinada tarea con un óptimo consumo de recursos: tiempo y dinero.

  • Se puede ser eficaz y, a la vez, ineficiente: cuando sabemos lo que queremos pero carecemos de la destreza para materializar ese deseo.
  • Y se puede ser eficiente e ineficaz: cuando ponemos en marcha de forma óptima tareas inútiles, que no nos conducirán jamás a los objetivos que perseguimos, quizás porque no los conocemos.

Tal vez muchos de vosotros hayáis trabajado en empresas empeñadas en perfeccionar el arte de lo fútil: pobladas por gestores dedicados a reducir costes y controlar tablas de Excel con el ánimo de recibir palmadas corporativas, pero incapaces de discernir si las tareas controladas tenían o no sentido.

Que agrían el gesto cuando no consiguen mejorar el cómo, pero no tienen ni idea del qué ni del por qué.

Cuyos directivos no son líderes sino diseñadores de organigramas.

No me interpretéis mal: no quiero decir que el control sea inútil (todo lo contrario, es imprescindible), pero carece de sentido cuando un trabajo se basa en hacer lo de siempre de manera cada vez más perfecta, sin antes haberse preguntado: ¿Es esta tarea necesaria? ¿Debería sustituirla por otra que aporte a la base de mi negocio un beneficio más visible y duradero? Si no consigo lo que quiero (si es que lo sé), ¿No será que debo hacer algo diferente en vez de hacerlo ‘mejor’?

La eficiencia es secundaria de la eficacia, y carece de sentido alcanzarla en una tarea que antes no haya pasado la prueba de la necesidad.

La estrategia forma parte del área de influencia de la eficacia, mientras que la gestión pertenece a la de la eficiencia.

En un mundo tan condenadamente competitivo como el que vivimos, una empresa dedicada exclusivamente a la eficiencia está condenada al fracaso, que llegará tarde o temprano. Por el contrario, aquélla que sabe lo que debe hacer (porque antes ha hecho el ejercicio de abstracción necesario), sabrá adaptarse con mayor probabilidad a los bruscos vaivenes de eso tan volátil llamado ‘mercado’.

No existen certezas para nadie, pero hay quien dice que el éxito pertenece a los valientes, y os aseguro que esta frase está desprovista de épica y testosterona baratas, sino que refleja una realidad tozuda y objetiva: sólo quienes se plantean si lo que hacen tiene sentido o bien deben modificarlo podrán innovar, avanzar y hacer avanzar.

Quienes se empecinan en usar como métrica de éxito la evolución de los costes tal vez sobrevivan, pero difícilmente triunfarán, si por triunfo entendemos la probabilidad aumentada de lograr un salto de calidad (y no sólo de cantidad) en aquello que persiguen: no sólo más dinero o más empleados, sino un estatus de diferencia y de valor que es, a fin de cuentas, el material con el que están forjadas las Marcas realmente valiosas.

El marketing para tu negocio debe aportarte, en primer lugar, un sólido armazón de estrategia en donde las palabras “Objetivos de Negocio” se graben con letras de oro. Eso permitirá que las tareas resultantes sean las necesarias y, por tanto, las eficaces.

Una agencia que sepa distinguir lo necesario de lo accesorio tendrá la personalidad para contradecirte, con amabilidad pero con firmeza, porque comprende lo que más te conviene a ti y a tu negocio, en vez de darte siempre la razón y hacer mansamente lo que dices, preocupándose tan sólo de mejorar los costes asociados a una tarea innecesaria.

Haz caso de quienes te contradicen, porque tal vez te estén diciendo la verdad.

La eficacia es personalidad y avance. No hay diferencia sin búsqueda de lo auténticamente valioso. Si después, además, conseguimos ejecutar con economía de medios las acciones necesarias, habremos alcanzado el Nirvana.

¿Ha llegado al Nirvana tu agencia de marketing?

Contesta.

Rápido.

Izertis
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