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DevOps – Administración de sistemas
Todo oficio tiene sus herramientas y materiales que deben estar afilados y listos para usarse. En el caso del desarrollo de software, la principal de ellas es el ordenador. Por supuesto, mantener la pantalla limpia y las teclas engrasadas nos hará más eficientes. Sin embargo, son las entrañas virtuales las que debemos conocer en mayor profundidad. Dominar el sistema operativo y sus utilidades; ser capaz de reproducir entornos de desarrollo y producción; en definitiva, adaptarlo a nuestras necesidades, y no al revés.
Pero, ¿es realmente necesario? Igual que un alfarero da forma a las piezas de cerámica, los desarrolladores tienen que saber moldear su entorno de trabajo y la infraestructura sobre la que se despliegan las aplicaciones como si se tratara de arcilla; perfilar cada recodo con dos objetivos claros: aprovechar al máximo los recursos hardware y reducir la tasa de errores al mínimo.
¿Y qué pasa si no queremos hacer un jarrón desde cero? Tan sólo necesitamos hacerle unos cuantos agregados, pulir un poco la superficie, teñir algunas franjas… O quizás queramos veinte jarrones más, exactamente iguales, para cubrir las necesidades de nuestros clientes. A diferencia de la alfarería, en la informática contamos con una herramienta formidable: la virtualización. Podemos reproducir ese jarrón con las condiciones más fieles posibles y, en caso de necesitarlo, probar sobre esta copia cada cambio, antes de aplicarlo con consecuencias fatales al auténtico, o colocar el nuevo ejemplar donde haga falta.
Nuestra materia prima es el sistema operativo; nuestro torno, la terminal y los editores de archivos. Dominar las características de cada uno de ellos es esencial para poder lograr la forma final que tenemos que trasladar desde nuestra mente.
Este nuevo capítulo de la guía de DevOps pretende introducir todos los conceptos necesarios para cualquier desarrollador que se precie, sobre la administración de sistemas operativos. Para ello, se centra en las características y utilidades de Linux. Este es el más usado con diferencia para servidores, de modo que podrás aplicar la teoría prácticamente en todos los escenarios. Además, también se explora la virtualización como una de las formas más eficaces de reproducir un entorno o desplegar más instancias de una aplicación de forma sencilla.